Plan a Medio Plazo

Este plan de 2 a 6 meses está diseñado para quienes buscan un progreso real y sostenido, con variedad en los entrenamientos y una planificación pensada para adaptarse a cada etapa de tu evolución.
Ideal si ya tienes un objetivo claro o quieres avanzar con consistencia, sin caer en la repetición ni el estancamiento.

A diferencia del plan mensual, aquí priorizamos la progresión: cambiamos ejercicios, aumentamos la complejidad técnica y la carga, e introducimos fases específicas según tu disciplina (base, desarrollo, afinamiento).
Esto reduce el riesgo de lesiones por sobreuso y mejora tu rendimiento de forma segura y estructurada.

Si tienes una competición cercana y necesitas prepararte con conciencia y estructura, este plan es el indicado. Lo adaptaremos para que llegues en tu mejor forma, y gracias al contenido motivacional, no perderás el enfoque ni un solo día.

Así montamos tu rutina

Todo empieza con una conversación. Antes de entrenar, queremos conocerte: tus horarios, tu deporte, tus objetivos, tu experiencia previa, tu estilo de vida. Con esa información diseñamos un plan inicial estructurado por fases, que se adapta tanto a tu nivel como al tiempo que tienes disponible.

No usamos rutinas genéricas. Cada entrenamiento está pensado para ti. Combinamos sesiones específicas de tu disciplina principal con entrenamientos cruzados, trabajo de fuerza, movilidad y prevención de lesiones, en la proporción justa para que avances sin sobrecargarte.

Este plan tiene una visión de medio plazo. Eso significa que no solo te damos una rutina y ya: mes a mes revisamos cómo vas, qué ha funcionado, qué no, y ajustamos lo necesario. A medida que progresas, cambiamos la estructura del plan para que sigas mejorando, sin estancarte ni caer en la monotonía.

Además, a lo largo del proceso tendrás acceso a contenido extra pensado para mantenerte motivado e informado: desde videos y podcasts, hasta artículos prácticos sobre entrenamiento, nutrición y descanso. Queremos que entiendas por qué haces lo que haces, no solo que lo sigas.

Y si en algún momento algo no encaja con tu realidad diaria —porque la vida cambia—, lo hablamos y lo adaptamos. El plan se ajusta a ti, no al revés. Esa es nuestra manera de asegurar que tu rutina funcione de verdad.

Lo que esconde cada planificación

Este plan se basa en la periodización, una estrategia que organiza tu entrenamiento en fases para mejorar de forma progresiva y segura.

Todas las rutinas comparten una base común. Este plan ideal contempla seis días de entrenamiento, aunque puede adaptarse según tu disponibilidad.

Lo esencial es la práctica constante y la familiarización con tu deporte. Por eso, entrenarás esa disciplina tres o cuatro veces por semana. Afrontar desafíos y momentos de sufrimiento te ayudará a mejorar tu rendimiento. Uno de estos días será de carga máxima, el más exigente y clave para tu progreso.

Los otros dos o tres días incluirán sesiones más cortas (menos de una hora), con entrenamientos cruzados, prevención de lesiones o gimnasio, según tu disciplina. Los entrenamientos cruzados fortalecen otros grupos musculares y previenen lesiones, haciendo tu cuerpo más funcional y equilibrado.

Todo se ajusta según tu objetivo: una carrera, una competición, o simplemente mejorar tu estado físico. Nada es genérico. Cada parte de tu rutina tiene un propósito y evoluciona contigo.